La política económica y social de Roosevelt fue conocida como New Deal. Tenía un doble objetivo: la recuperación de la depresión económica que había surgido tras la crisis financiera de 1929 y la estabilización de la economía nacional para evitar otras severas crisis en el futuro. El gobierno creó diversos organismos para socorrer a los desempleados y a los más necesitados. Se distribuyeron subsidios de desempleo mediante agencias locales, estatales y federales que crearon trabajos temporales, se ayudó a los granjeros, industriales y obreros, se modernizaron las condiciones de vida rurales mediante la incorporación de maquinaria agrícola, se crearon diversos organismos para fomentar la construcción de viviendas. Con la aprobación de la Ley de la Seguridad Social Estados Unidos dio un gran paso adelante para garantizar la seguridad económica a su población.
Franklin Roosevelt Esta ley otorgaba ingresos a la tercera edad, una compensación a los desempleados y servicios de bienestar social a madres, niños, mayores y ciegos.
Los primeros que sufrieron la crisis de 1929 fueron los inversores y los clientes de los bancos. El New Deal también tuvo en cuenta los intereses de estos grupos. La Ley de Obligaciones Federales (1933) protegía a los inversores contra practicas fraudulentas. Para proteger a los impositores bancarios, el Congreso aprobó la Ley de Emergencia Bancaria (1933) que otorgaba al presidente la facultad de reorganizar los bancos insolventes. La política para luchar contra la inflación se centró en la devaluación del dólar. También los grandes negocios salieron beneficiados: se otorgaron créditos a compañías ferroviarias, a bancos, a corporaciones de crédito agrícola, a compañías de seguros y a instituciones crediticias para vivienda.
Con el fin de recaudar los fondos necesarios para financiar la política del New Deal, el Gobierno incrementó ligeramente los impuestos sobre bienes, ingresos, beneficios de corporaciones y emitió deuda pública.